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La introducción diciembre 9, 2009

Posted by listocomics in Uncategorized.
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¿Pero este rollo del Gran libro de la cinefilia qué coño es?
Esta pregunta y muchas más quedan resueltas en la introducción que procedo a copiar y pegar para no privarles a ustedes de nada, ni siquiera del momento cursi en los agradecimientos:

Lo que tiene usted en las manos es una recopilación de artículos publicados entre noviembre de 2004 y abril de 2009 en una web intitulada La Cinefilia.

La mayoría de esos artículos fueron improvisados sobre la marcha, a lo bestia, sin demasiados miramientos, y padecían una ortografía muy informal que ahora hemos intentando pulir un poco con la ayuda de Francisco Molina y Sara Asorey, que son unos cracks.

Ya puestos, a parte de la ortografía, también se intentó pulir un poco el contenido, pero hay muchas cosas que no tienen remedio, como por ejemplo la idea misma del libro, esto de escribir artículos satíricos inspirados en películas, que, según nuestros expertos del departamento de ventas, parece tener menos potencial comercial que poner una máquina de condones con sabor a chorizo de cantimpalo en el lavabo de la mezquita Masjid al-Haram de La Meca.

Pero probablemente el error más gordo que encontrará usted aquí lo cometemos al afirmar que una determinada peli es una caca cuando usted sabe que en realidad se trata de una obra maestra o viceversa. Oh sí, esto pasará. Aprovecharemos pues esta introducción para disculparnos por nuestra arrogancia y para confesar que la mayoría de opiniones plasmadas en este libro han sido exageradas en busca de un efecto humorístico y es muy probable que difieran de las opiniones de usted. Las opiniones son como los culos, que cada cual tiene el suyo, y nos da igual que hayan sido elaboradas con el obsoleto método del raciocinio individual o sean adquiridas a base de leer las opiniones de expertos de los de verdad.

Aun a riesgo de exprimir demasiado la metáfora culera, podríamos decir que con un poco de suerte quizá este libro le ayudará a usted a esculpirse unos glúteos firmes, suaves y bronceados como dos apetitosos productos de repostería artesanal.

Y quizá a los lectores más avispados les parecerá que es evidente que este libro hay que tomárselo a cachondeo, pero en el blog recibíamos tanto feedback de zumbaos que se tomaban las reseñas en serio que llegó un momento en el que ya no sabíamos si seguíamos haciendo parodia de crítica cinematográfica o si habíamos descubierto una revolucionaria forma de crítica cinematográfica postmoderna. Vivíamos sumidos en un mar de confusión, con confusas chicas en bikini y confusos surferos que tarareaban canciones de los Beach Boys.

Pero usted que ha pagado por este pequeño ladrillo de papel se merece conocer la verdad de la buena: la mayoría de opiniones reales del autor, antes de sufrir el proceso de exageración humorística, solían ser bastante anodinas.

Pero es que si vas a la filmo y luego te conectas a Internet y escribes modestamente «pues sí, ha estado bien, hemos pasado una buena tarde» no te pegas ni la mitad de risas. Ni en el momento de escribir ni luego, al leer las furibundas reacciones de los fans de Pasolini (sí, contra todo pronóstico, los frikifans más susceptibles no fueron los de Star Wars ni los de El Señor de los Anillos, sino los del malogrado neorrealista).

Algún día tendríamos que sacar una versión extendida de El gran libro de la cinefilia que incluyese los comentarios que los lectores dejaban en la web, algunos de los cuales eran muy cafres, pero otros muchos eran muy finos y divertidos. Por ejemplo, cuando nos tomamos la libertad de bromear un poco a costa del peliculón Con la muerte en los talones, un lector anónimo puso «Tu ego extiende cheques que tu blog no puede pagar» y cuando en la reseña de Regreso al futuro II nos burlamos de Adam Smith y su metáfora de la mano invisible se armó una bronca de tal calibre que parecía que se hubiese abierto una Caja de Pandora del tamaño de la Catedral de Burgos y se hubiesen liberado todos los demonios del infierno y todos los contertulios de Antena-3 y la COPE, o viceversa, menudo susto.

Y de vez en cuando, muy de vez en cuando, también recibíamos comentarios amables y aduladores. Cuesta de creer, pero hay gente muy maja por los sitios. Hubo un par de locos que incluso empezaron a decir que por qué no recopilábamos todas nuestras coñas en un libro. Menuda idea descabellada.

¿Para qué poner en papel lo que ya está gratis online?

¿Para leerlo en el metro y en el WC?

¿Y por qué no? ¿Qué perdemos intentándolo?

¿Tiempo y dinero y qué más?

Qué caramba, también es verdad que en más de una ocasión le han dado el Premio Planeta a tonterías con menos valor literario que la basura que tiene usted entre las manos.

Pues eso, que aquí estamos.

Muchas gracias a Francisco Molina y Sara Asorey por ayudarnos a corregir este ladrillo; muchas gracias a Guillermo Zapata por su entusiasta prólogo; muchas gracias a Isaac Murgadella por la bonita portada; muchas gracias a la IMDB.com por ser la fuente de todos los datos interesantes y verídicos que encontrará usted por aquí sazonando los chistes, las trolas y los desvaríos; muchas gracias a todos los que han retroalimentado el monstruo con sus comentarios (constructivos o destructivos, en persona o por Internet); muchas gracias a mi familia por aguantarme y mimarme; muchas gracias a Cinta por existir, y muchas gracias a usted, querido lector, por haber comprado (o robado o cogido prestado o recibido como regalo) este pequeño montoncito de papeles e ideas con tan ambicioso y desafortunado título.

Y si por un casual disfrutase usted leyendo El gran libro de la cinefilia, muchas gracias también por recomendarlo a sus seres queridos, que si no fuese por el boca-oreja no nos comeríamos una rosca.

Y si la lectura de las siguientes páginas le aburre, no se preocupe que no hace falta que lo termine, ni por compromiso ni con la esperanza de que hacia el final mejore, porque no va mejorar, no podemos más que disculparnos y darle también las gracias por regalarlo a sus enemigos o a su jefe o a su ex novia o por dejarlo tirado por la calle con la excusa del book-crossing.

Tiernos besitos y apasionados abrazacos,

-Xavier Àgueda